Juan García es uno de los pocos monitores españoles especializados en personas con autismo
06.03.10 - 01:40 -
Las sensaciones experimentadas al esquiar son difíciles de explicar. La velocidad, los paisajes. Esquiar es un cúmulo de experiencias que lo convierten en uno de los deportes más bellos que existen. Pero si hubiera que definir este deporte con un solo vocablo, éste sería, sin duda, libertad.
Quizá por eso, el esquí sea una de las mejores terapias para las personas con discapacidad intelectual. Algo de lo que está convencido Juan García, que tras 11 años trabajando con estas personas, atesora una gran experiencia en el sector y se ha convertido en uno de los pocos monitores españoles especializado en autistas, una difícil tarea para la que Juan tiene un don especial.
Gracias a su labor, Sierra Nevada se ha convertido en la única estación que desarrolla un programa específico para niños autistas.
Desde hace algunos años, un grupo de especialistas viene desarrollando un programa cuyos resultados están siendo notables tanto en autismo como en otros tipos de patologías psíquicas y físicas. Tanto es así, que durante la próxima temporada contarán con varios chicos ciegos en su club de Caja Rural.
Junto a las actividades realizadas con el club, Juan también ha desarrollado diversos cursos de manera conjunta con el Patronato Municipal de Deportes de Granada y Cetursa Sierra Nevada. En ellos ha contado con un equipo de monitores especializados, además de un grupo de psicopedagogas del colegio Vicente Alexaindre, encabezadas por Carolina Velasco, quien ha desarrollado un amplio proyecto educativo para niños autistas.
Metodología
Para Juan, lo más importante es no imponerle nada a estos niños. Ellos tienen que descubrir las cosas por sí mismos. «Tenemos que ir conduciéndolos sin que se den cuenta. Por ejemplo, la pasada campaña tuvimos un alumno que no quería ponerse las gafas de sol, se resistía por completo. Durante varios días lo subía conmigo en el telesilla y durante el trayecto le iba comentando las ventajas de ponerse las gafas», señala el monitor. «Al final fue él mismo quien decidió ponérselas, por propia iniciativa. Esto hay que repetirlo con todo, ir al cuarto de baño, comer... El proceso es lento, pero cuando los padres ven los resultados no dan crédito a sus ojos», comenta Juan García.
El feeling de este hombre con los alumnos es digno de ser admirado. Y es que a Juan le apasiona su trabajo, como el mismo comenta, «te llevas muchas satisfacciones y nunca dejas de sorprenderte». De hecho, me he dado cuenta de que estos niños tienen una capacidad asombrosa para mantener el equilibrio, mucho más que cualquier persona que viene a esquiar por primera vez.
Además, Juan cuenta con diversos instrumentos de fabricación casera que le ayudan a enseñar a esquiar a los niños. Se trata de cuerdas que se enganchan a la punta de los esquís, pelotas o gomas, entre otras cosas.
El equipo de Carolina se centra en cuestiones más científicas. El objetivo, según esta, es ayudar al niño a socializarse, una tarea especialmente dura con este tipo de patologías. «Cuando nos preguntan que por qué hemos elegido la montaña, la respuesta es clara. La montaña es un entorno que está sujeto a muchos cambios y para las personas autistas romper rutinas es muy problemático. Conseguir que se adapten a los cambios es todo un logro para ellos. En este sentido, también los vamos cambiando de monitores, para que aprendan a relacionarse con círculos de personas más amplios. Todo ayuda a que vayan consiguiendo mayores cotas de autonomía», apunta Carolina.
La progresión ha sido tal que los chicos de Juan García han logrado importantes logros deportivos a nivel nacional. Destaca sobre todo Julián Maldonado, que la pasada campaña se proclamó campeón de España de esquí alpino para discapacitados intelectuales. Él es el mejor ejemplo de un grupo de chavales que este año tuvieron una oportunidad única al disputarse el Nacional en Sierra Nevada durante el pasado mes de enero.
Fuente: www.ideal.es
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